“Entonces dijeron: ¿Qué milagro haces Tú, para
que viéndolo creamos en Ti? (San
Juan 6,30)
Asombrosa ceguera y mala fe de los fariseos que hacen tal pregunta
cuando acaban de comer el pan milagrosamente multiplicado por Jesús.
“Se
acomodaron pues los varones en número como de cinco mil”. (San Juan 6,10)
Los profetas anunciaron que el Mesías sería contradicho por su pueblo y
especialmente por aquellos que más que
ningún otro hubieran debido creer en Él.
¿Quiénes fueron?
En tiempo del Salvador eran cuatro las
sectas que dominaban entre los judíos; una era la de los Saduceos, llamados así
de Sadoc, del cual se consideraban discípulos. Negaban la inmortalidad del
alma, la resurrección de los muertos, la existencia de los espíritus y otras
muchas verdades.
Era otra la de los Fariseos, que hacían consistir toda su piedad en el
porte exterior, creyendo lícita toda maldad, con tal que se hiciese en secreto.
Una parte de los judíos de nuestros días siguen aún la doctrina de los
fariseos.
A los Escribas estaba encomendado
escribir la ley, interpretarla y explicársela al pueblo. La mayor parte eran
fariseos.
También existían los Herodianos, los cuales creían que era necesario
someterse al dominio de los romanos, y que se pudiesen seguir las prácticas de
los paganos.
Los últimos, los Esenios, que practicaban algunas virtudes pero negaban
la resurrección de los cuerpos.
Del libro Historia Sagrada
San Juan Bosco