NO ES LA INTERPRETACIÓN NI LA APLICACIÓN EQUÍVOCA DEL POSTCONCILIO EL PROBLEMA RAIZ DEL MODERNISMO COMO NOS LO HACEN CREER LOS PRO-CONCILIARES.
EL CONCILIO ES UN INVENTO MASÓNICO PARA HACER PERDER LA FE Y EL ALMA A LOS CATÓLICOS Y A QUIENES CREAN EN ESAS FALSEDADES.
Quinta parte:
Errores sobre el reino de Dios.- (dicen “… la Iglesia, este reino, no arrebata
a ningún pueblo bien temporal alguno, sino al contrario, favorece y asume, en
lo que tienen de bueno, todas las riquezas, recursos y costumbres de los
pueblos; pero al recibirlas las purifica, las fortalece y las eleva”. (Lumen Gentium).
Se introduce aquí un elemento bastardo, representado por el “bien
temporal de los pueblos” (elevada y purificada) y, por ende, el reino de Dios
que se realiza en la tierra… (Para
minimizar la gloria eterna).
(Adviértese que) se trata de una noción ambigua e inaceptable “los
bienes materiales (de un pueblo) elevados y purificados, entran a formar parte
del reino de Dios”: concepto absurdo, que evidencia una visión naturalista del
reino, contraria al depósito de la fe.
El “bien temporal”, entra a formar parte del reino de Dios (de la
Iglesia … en el reino que se realiza en este mundo. Y los fieles seglares deben
contribuir al progreso material, bajo la bandera de la cultura laica…
conduciendo a los hombres, al progreso universal en “la libertad cristiana y
humana” y al “igualitarismo”. (Una mezcla promiscua con ideas masónicas).
(Otra) afirmación incomprensible: “el misterio pascual perfecciona la
actividad humana”.
… en la misa del Novus Ordo, se reitera la falsa idea de que “la
actividad humana” participa de algún modo en la “transubstanciación”, cuando
dice:
“Bendito seas, Señor, Dios del universo, por este pan, fruto de la
tierra y del trabajo del hombre, que recibimos de tu generosidad y ahora te
presentamos: él será para nosotros pan de vida”.
Errores sobre el matrimonio y la condición de la mujer.- (La)… nueva
doctrina sobre el matrimonio: dicen que es una “comunidad íntima de vida y
amor” de los cónyuges…; y por tanto la procreación y educación de la prole, son
el coronamiento del amor conyugal. Lo principal es el “perfeccionamiento
mutuo”; y la procreación, se ve relegada al segundo lugar.- Afirman que el amor
conyugal, “por ser eminentemente humano, abarca el bien de toda la persona y,
por tanto, enriquece y valora con una dignidad especial las manifestaciones
del cuerpo y del espíritu y las ennoblece (significado equívoco ”eminentemente humano”; y la expresión
“manifestaciones del cuerpo” “sensuales del amor conyugal”, se justifican por
su valor erótico.
En cambio la Iglesia, ha enseñado siempre que los actos (conyugales) son
admisibles, y sólo en sus justos límites, únicamente como actos que favorecen
el abrazo conyugal, cuyo objeto es la procreación, y no para la satisfacción en
sí del amor conyugal, que se incluye a título de remedium concupiscentiae, en el fin secundario del matrimonio.
Además, atribuir “dignidad especial” y “nobleza” a los actos de las relaciones
íntimas entre los cónyuges parece ridículo, acaso también inconveniente, pero,
en cualquier caso, no es conforme con el sentido católico del pudor.
El Vaticano II nunca cita a San Pablo, cuando explica: “Pues bien:
quiero que sepáis que la cabeza de todo varón es Cristo, y la cabeza de la mujer,
el varón, y la cabeza de Cristo, Dios (…) El varón no debe cubrir la cabeza
(cuando ora o profetiza), porque es imagen y gloria de Dios; más la mujer es
gloria del varón, pues no procede el varón de la mujer, sino la mujer del varón
(…) y todo viene de Dios”.
Toda la pastoral del Vaticano II sobre el matrimonio se abstrae de
hablar de las diferencias naturales que median entre los sexos, establecidas
por Dios, y se rige por la idea acatólica de una igualdad natural y total entre
los cónyuges, considerados en abstracto como “personas”, como seres que se
expresan libremente a sí mismos en la “comunidad del amor” matrimonial,
ignorando por entero la enseñanza de San Pablo y de la Iglesia a lo largo de
los siglos, e ignorando también el principio de que la vocación fundamental de
la mujer es la de ser, in primis, esposa y madre, parir hijos y educarlos
cristianamente.
La apertura a los dogmas preliminares del feminismo, es forma de
subcultura contemporánea particularmente perversa, consagrada, en nombre de la
igualdad, a la destrucción del matrimonio y de la familia, a la exaltación del
libertinaje y de la homosexualidad. (Igualdad libertinaje y fraternidad, ideales masónicos).
Pío IX condenó la encíclica Quadragésimo anno como “desorden gravísimo
que ha de eliminarse a toda costa” (la “legítima promoción social de la mujer”
y una “mayor participación” de las mujeres “en los campos del apostolado de la Iglesia”,
porque substrae a las madres de familia su cometido y deberes propios.