El Corazón Santísimo
de María es el más santo, noble y grande, que ha formado la mano del
Todopoderoso; manantial perenne de bondad, dulzura,
misericordia y amor, dechado de las más
excelentes virtudes, imagen acabada del Corazón de Cristo; corazón inflamado de
ardiente caridad, el cual por sí solo ama más a Dios que todos los serafines
juntos. Este Corazón dio una mayor gloria a la Beatísima Trinidad con el menor de sus
actos, que todas las criaturas reunidas con
los actos más heroicos.
Es el Corazón de la Madre del Redentor y de la Madre de los
hombres, Corazón amorosísimo, de caridad muy tierna, sumamente compasivo de
nuestras desgracias, traspasado de dolor por nuestra salvación eterna, y que en
medio de la inmensa gloria que tiene en el cielo, conserva las mismas
disposiciones; por lo cual es digno de toda alabanza, de todo obsequio y amor, y de que todas las criaturas lo veneren y
pongan en él su confianza. Ábrele, pues, tu corazón, y pídele cuanto necesites,
porque es tan tierno y bondadoso que otra cosa no desea que hacer mercedes. Ruégale
de un modo especial por la conversión de los
pobres pecadores.
Pida aquí las gracias que desee
obtener y para mejor alcanzarla diga al Purísimo Corazón de María las siguientes
SALUTACIONES
1.- Os adoro, amabilísimo Corazón de María, que ardéis continuamente
en vivas llamas del divino amor; por Él os suplico, Madre mía amorosísima,
encendáis mi tibio corazón en ese divino fuego en que estáis toda abrasada. Ave
María y Gloria Patri.
2.- Os adoro, Purísimo Corazón de María, de quien brota la
hermosa azucena de la virginal pureza; por El os pido, Madre mía inmaculada,
purifiquéis mi impuro corazón, infundiendo en él la pureza y castidad. Ave
María y Gloria Patri.
3.- Os adoro, afligidísimo Corazón de María, traspasado con
la espada del dolor por la Pasión y Muerte de vuestro querido Hijo Jesús, y por
las continuas ofensas que se cometen contra su Divina Majestad: dignaos, Madre
mía dolorida, penetrar mi duro corazón con un vivo dolor de mis pecados, y con
el más amargo sentimiento, de los ultrajes e injurias que está recibiendo de
los pecadores el divino Corazón de mi adorable Redentor. Ave
María y Gloria Patri.
¡Oh María
Inmaculada, mansa y humilde de Corazón!
Unid mi corazón con
el del Divino Redentor.
ORACIÓN
Clementísimo Dios que para la salvación de los pecadores y refugio de
los miserables quisisteis hacer el Corazón de María tan semejante en el amor y
en la misericordia al de Jesús; concedednos que, celebrando las admirables
prerrogativas de este dulcísimo Corazón, merezcamos ser hallados según el
Corazón de Jesucristo, que vive y reina con Vos en los siglos de los siglos.
Amén.