lunes, 27 de febrero de 2023

SITUACIÓN ACTUAL DE LA IGLESIA CATÓLICA (R.P. Rafael OSB)

 

    

Quiero recordarles cómo está la lucha ahora. La gente está perdiendo el enfoque sobre la lucha. Algo que los monjes, monjas hemos estado haciendo es que en la misma proporción que estudiamos doctrina, en esa misma proporción estudiamos los errores contra esa doctrina; porque cuando la Iglesia estudia los errores, esa condena de los errores, da luz a la doctrina, de la misma manera,  al estudiar  la doctrina, nos da luz contra los errores.

   Ahora veamos cuál es la situación al día de hoy. Primero, tenemos que mencionar que Monseñor Lefebvre, el campeón en la defensa de la Fe en el siglo XX, fue muy claro en los principios. Podemos decir que tenía el espíritu de la Iglesia en su mente, en su corazón; incluso en aspectos pastorales, cómo manejarlos, cómo practicar la caridad inclusive, las obras de misericordia hacia nuestro prójimo,  en la divina Providencia, es el pastor perfecto, conduciendo al rebaño, al remanente, a la fidelidad a la Tradición.

   Podemos definir con una sola palabra el trabajo de  Monseñor Lefebvre: Fidelidad. Fidelidad viene de la Fe, guardar la Fe. Entonces, el recordatorio es el siguiente: Nuestra Santa Religión está fundada en la Fe. Fe predicada por Nuestro Señor Jesucristo con Su autoridad, la cual es divina. Nosotros le creemos a Nuestro Señor porque Él es Dios, por lo tanto, el requerimiento de Nuestro Señor para adquirir el cimiento es la Fe, esto significa que nosotros nos sometemos a Su autoridad, a Su enseñanza porque es Dios. Este es el requerimiento para poder recibir los Sacramentos, para poder recibir la caridad, la esperanza, las gracias, el Cielo. La Fe es la entrada a la Iglesia Católica, la entrada para recibir la gracia santificante y para pertenecer a la Iglesia Católica, al Cielo.

   Cuando somos bautizados la pregunta que se hace es: ¿Qué pide a la Iglesia de Dios? Y la respuesta es la Fe.  La segunda pregunta es ¿Qué te da la Fe? La respuesta es la vida Eterna. La entrada para obtener el fin. Entonces, queda claro que la Fe tiene que ser mantenida como prioridad, sin mancha, sin compromiso, fuerte, para poder ser fieles a Dios y recibir Su ayuda y seguir construyendo el Reino de Dios. Es una condición sine qua non, esa condición no puede faltar. El día que esta condición falte, ese día todo se derrumba en potencia. Por ejemplo,  un terremoto destruye los edificios porque el daño  viene desde los cimientos, y entonces se derrumban. Así que tan pronto como seamos infieles a los fundamentos nos derrumbaremos tarde que temprano.

   No podemos construir sobre un fundamento que NO sea la Fe, que no sea Cristo, San Pedro, la Santísima Virgen María, no podemos, sencillamente no podemos. Podemos comparar la Iglesia Católica y nuestra vida espiritual con un edificio, los cimientos son la Fe, los materiales para construir son la esperanza, las promesas de Nuestro Señor, Su ayuda, Su gracia, recibimos las gracias del Espíritu Santo, las gracias actuales, la ayuda de la Santísima Virgen María, y la caridad es el espíritu que reina dentro del edificio, ¿quién vive dentro?  ¡Cristo, Dios!  Es el alma de la Iglesia. Recordemos que el Espíritu Santo es el alma de la Iglesia, Dios mismo.  El espíritu que nos anima como  católicos es la caridad de Dios, Dios mismo, el Espíritu Santo, pero el cimiento es la fe. Entonces, el primer lazo sine qua non por el cual podemos entrar al edificio y ser  capaces de poder participar de la vida de Dios y de Su reino es la fe. Entonces qué pasa. Siempre tenemos que obedecer y la obediencia se le debe a Dios siempre, a través de sus delegados, delegados de Dios son el Papa, Obispos, Sacerdotes, los padres, los superiores, en esa casa, la Iglesia. Ahora, ¿cuándo no obedecemos? No obedecemos cuando alguien se sale de la casa en ese momento y quiere hacer algo afuera de la casa, entonces respondemos: lo siento, no puedo obedecer, porque hacer algo fuera de la casa es pecado, es liberalismo.

   Liberalismo es despegar mis acciones de los principios, de los cimientos, de la fe, esto significa tratar de hacer algo fuera del edificio, fuera de la Iglesia y fuera de la voluntad de Dios. Entonces, si un superior, un delegado de Dios me pide que haga algo fuera de la casa le decimos, lo siento, no puedo. No puedo obedecer para hacer algo pecaminoso. Si estás dentro y me pides algo, lo haré. Nosotros trabajamos dentro de la Ley de Dios, dentro de Su voluntad, de Sus promesas, San Pablo lo dice en la Epístola a los Hebreos, en Dios me muevo, en Dios trabajo, en Dios vivo. Por eso, el liberalismo es pecado. Es trabajar afuera de la Fe, fuera del ámbito sobrenatural.

   Desde el Concilio Vaticano II  el  enemigo ha estado empujando a los católicos fuera del edificio. Como la Fe católica se ha perdido a propósito por los líderes, masones en su mayoría, han estado construyendo fuera de la Iglesia Católica con un cimiento que no es la Fe y quieren que los hijos de Dios les ayuden a construir algo fuera de la Voluntad de Dios, fuera de la Fe, esto es imposible. Por esto, como decía Monseñor Lefebvre, nosotros no nos salimos de la Iglesia, ellos son quienes se han salido de la Iglesia. Ellos están construyendo otra cosa. Los seguimos llamando católicos porque tiene que haber herejía formal para que alguien deje formalmente la Iglesia. Pero de hecho, debemos sostener  que Vaticano II es una religión diferente. La jerarquía no ha sido removida por Dios, así que no somos sedevacantes. Hay delegados de Dios  oficialmente delegados, hasta donde sabemos, pero no los seguimos de manera habitual  pues están destruyendo la Iglesia al construir otra religión, es como llevarse los ladrillos de la Iglesia Católica para construir su propia religión.

   Monseñor Lefebvre dijo: No podemos trabajar con ellos hasta que se conviertan;  significa hasta que ellos empiecen a construir dentro de la Iglesia, trabajando dentro de la Voluntad de Dios, moviéndose de acuerdo a la Fe,  y en ese momento empezaremos a obedecerlos, es obvio. Porque si ellos están destruyendo, nosotros estamos construyendo, estamos haciendo cosas diferentes, no podemos trabajar juntos. Esto debe ser obvio para todo católico tradicional. No podemos trabajar junto con Roma. Ellos están construyendo una  religión diferente, nosotros estamos construyendo en la religión Católica. No podemos trabajar juntos, hay un objetivo diferente, intenciones diferentes, creencias diferentes. Nosotros estamos fundados en la Fe divina, ellos en una religión masónica y humanista.

   Al momento presente, vemos a la Fraternidad Sacerdotal San Pío X trabajando públicamente, oficialmente, con la Roma modernista, es un hecho. Han estado compartiendo muchas cosas como si estuvieran trabajando juntos. Un ejemplo, los matrimonios. Esperan que Roma sea testigo de los matrimonios, esperan permiso de ellos, e incluso, registran sus matrimonios en los registros sacramentales  de la diócesis. Es un hecho que están trabajando juntos. Nuestro Señor dijo, quien no está conmigo está contra mí. Significa que están construyendo,  trabajando con el enemigo, entonces, de manera habitual no están construyendo, están destruyendo. Están comprometiendo la Fe. El error de FSSPX es que por estar trabajando con la otra religión, están comprometiendo la Fe, significa que no están construyendo para la Iglesia, están construyendo para el enemigo. Esto es obvio, es una actitud frecuente, es una posición oficial de la  FSSPX trabajar con Roma, en muchos asuntos; que no se haya firmado un contrato está fuera de punto, porque el hecho, a nivel de los principios es que ellos están poniendo al mismo nivel el cimiento divino de la Fe y el cimiento humanista de la Iglesia moderna, como si fuera el mismo edificio, el mismo cimiento. Por eso es un  pecado mortal contra la Fe que nos obliga a decir que ellos están construyendo para el enemigo y están ayudando a destruir la Iglesia.  Es por eso que no vamos con ellos. Tratamos a la FSSPX como aquellos  juramentados en la revolución.  El Papa  Pío VI  fue quien escribió a los católicos de aquellos tiempos,  cómo tratar a los sacerdotes juramentados en la revolución.  Es la misma situación con la FSSPX, porque los sacerdotes juramentados en la revolución  se comprometieron a nivel de la Fe, los principios. El Papa  Pío VI dijo, puesto que comprometieron la Fe, ya no pueden ir a sus misas, horas santas, vísperas, sacramentos,  sólo en peligro de muerte. Palabras de Pío VI, no mías. Esto aplica a ellos, por eso les  ponemos la línea roja.

   Qué pasa con la falsa resistencia de Monseñor Williamson, Monseñor Zendejas, Monseñor Tomas Aquino,  tenemos que ser claros sobre los principios para saber qué decisiones tomar para discernir si debemos o no ir con ellos a sus misas. Nos movemos por principios, no por opiniones. Preguntémonos: ¿Está la falsa resistencia comprometiendo la Fe en bases regulares? Si o no, de eso va a depender si vamos a las misas o no. La respuesta es sí, están comprometiendo la fe de manera habitual. ¿Por qué? Primero porque ellos no condenan la asistencia  a la FSSPX, trabajar con ellos, significa que no podemos ir con el enemigo. Segundo, hasta hoy, no condenan la nueva misa como intrínsecamente mala, dicen que la misa nueva tiene algo de bueno, los tres han dicho que algo bueno puede encontrarse en el Novus Ordo, es como decir que en  la religión del enemigo puede haber algo bueno, fuera de la religión de Dios. Y dicen eso en bases regulares, no se han retractado,  por eso tampoco podemos ir a sus misas. Es un problema enorme, ¡lo sé! Pero estamos aquí para estar dentro de la Iglesia,  ellos se están saliendo, nosotros estamos dentro  la Iglesia visible.

   Monseñor Lefebvre hace la pregunta ¿dónde está la Iglesia Católica visible? Está  donde estén las 4 marcas divinas ahí está la Iglesia Católica. Una, (una Fe, un Bautismo, un Señor, un Papa), Santa, Apostólica y Romana. Si tenemos las 4 marcas, estamos dentro de la casa, dentro de la Iglesia Católica. Entonces, la acusación más tonta es: no tenemos Obispo, creo que es una de las más tontas afirmaciones que he escuchado hasta ahora. ¡Claro que tenemos obispo! Nuestro Señor Jesucristo es el obispo de la Iglesia Católica, Él es el Pastor, los demás, el Papa, obispos, sacerdotes,  son pastores delegados por Dios, y si necesitamos  jurisdicción es  para que el  rebaño sea conducido hacia Nuestro Señor Jesucristo y, como estamos en estado de necesidad, la jurisdicción se suple directamente  de Cristo. Entonces, yo puedo ser su pastor, no porque el obispo tal o tal, o el Papa,  porque ellos están trabajando para el enemigo, por eso se suple la jurisdicción. Entonces mi obispo es Nuestro Señor, en tiempos de necesidad, el obispo es Nuestro Señor. Incluso, la FSSPX en buenos tiempos, cuando Monseñor Lefebvre les dio 4 obispos, esos obispos no tenían jurisdicción, fueron enviados para ser obispos auxiliares, significa asistir al rebaño con sacramentos. Monseñor Lefebvre decía que prefería un sacerdote como pastor que un obispo. La jurisdicción que recibimos como sacerdotes en tiempos de necesidad no viene de los obispos, viene de suplir jurisdicción, viene de Cristo. Entonces el obispo que tenemos en tiempos de necesidad es Nuestro Señor Jesucristo, somos fieles a Él, Él nos está dando esta misión de conducir su rebaño.  Aquellos obispos que deberían estar ayudando a los tradicionalistas no están trabajando para Cristo,  están trabajando  para el enemigo.  Por eso solo trabajamos con aquellos que son fieles a Cristo en asuntos de Fe porque están dentro de la Iglesia, tienen las 4 marcas, es por eso que somos tan pocos, porque en la Iglesia Católica  fieles a Cristo  al menos hasta donde se puede ver  son muy  pocos, y no porque somos pocos estamos equivocados.  

   Si nos llamamos resistentes es un adjetivo, no es un término  substancial. Somos sólo Católicos resistiendo pero estamos dentro de la Iglesia, no hemos salido. Quiero dar un ejemplo, no es bueno hablar de uno mismo, pero quiero decirles que yo nunca asistí a la misa del  Novus Ordo en mi vida. He hecho desde mi niñez lo que mi padre, mi abuelo, mi bisabuelo hicieron, es una continuidad, ellos nunca dejaron la iglesia, yo, recibiendo las mismas enseñanzas tampoco he salido de la iglesia. El error está en aquellos que han sido infieles en asuntos de Fe que han salido o están trabajando fuera de la iglesia. La  FSSPX, la falsa resistencia, indulto, San Pedro, Buen Pastor están trabajando para el enemigo, lo siento, pero son consecuencias de los principios, no es una calumnia, no es una opinión, si alguien no está de acuerdo podemos discutir el tema para aclarar, pero es por esto que nosotros no vamos a sus misas, a sus sacramentos. La voluntad de Dios es que seamos fieles a Dios, a su Fe,  a su amor y que confiemos en Él.

   Porque nosotros no confiamos en los hombres, no confiamos en sociedades o sacerdotes, confiamos que Dios nos va a dar lo que necesitemos por la virtud de esperanza, para perseverar hasta el final. Entonces, lo que necesitamos es la FE, e incluso si no tenemos los sacramentos frecuentemente, Nuestro Señor nos va a dar las gracias que necesitamos, a través de la Santísima Virgen María. Entonces ¿por qué temer si no tenemos sacramentos? No es un temor razonable si tenemos la Fe, a Nuestro Señor, a la Santísima Virgen María, si somos capaces de rezar, no es razonable temer por nuestra salvación si no tenemos sacramentos. No. Esto es falta de confianza, de esperanza, ultimadamente también es una falta de Fe.

   Por eso seguimos recordando la devoción a Nuestra Señora de la Soledad, porque Nuestra Señora en su soledad fue fiel a Dios con una piedad poderosa, con poderosos méritos cuando Nuestro Señor estaba ausente,  Viernes Santo, Sábado Santo e incluso después de  la Ascensión de Nuestro Señor, Nuestra Señora estuvo  25 años en soledad con San Juan, asistiendo a la Santa misa todos los días, con un gran dolor porque estaba en soledad y porque deseaba unirse a Nuestro Señor completamente.

   Si Ella estuvo en soledad, ¿por qué nosotros no vamos a estar en soledad? Si esa es la Voluntad de Dios, Él nos dará la gracia para perseverar en esa soledad. Debemos tener este espíritu, animarnos unos a otros, de otra manera, en lugar de recoger estaremos desparramando. Tenemos que concentrar nuestra mente, nuestro corazón en ser fieles a la Fe,  rezando, esperando, confiando en Nuestro Señor  y amándolo con todo el corazón, a pesar de todas las ausencias de sacramentos y sacerdotes y ayuda humana, a pesar de todas esas carencias de ayuda, confiar en Nuestro Señor. Por eso me gusta mucho citar el ejemplo de Juan Diego, cuando teniendo una cita con Nuestra Señora de Guadalupe, al saber que su tío Bernardino estaba muriendo y que le había encargado los últimos sacramentos, Juan Diego para ir por el sacerdote decidió brincarse la cita con la Santísima Virgen María, se fue por otro camino, pero Nuestra Señora lo encontró del otro lado de la colina y lo detuvo, Juan Dieguito, Juan Dieguito, el más pequeño de mis hijos, ¿a dónde vas?,  y le dice: no temas, no estés ansioso, ¿No estoy yo aquí que soy tu Madre?, ¿No estás bajo mi regazo? ¿No estás bajo mi manto? ¿Hay acaso algo que necesites aparte de Mí?

   Es la misma pregunta para  nosotros. Necesitamos sacramentos, necesitamos sacerdotes, necesitamos… ¿No estoy yo aquí que soy tu Madre? ¿No es suficiente para tí?  Sí Madre, tú eres suficiente. No temas, no estés ansioso, sé paciente, persevera en mi amor, sé humilde, reza tus Rosarios, ten devoción a mi Inmaculado Corazón y el resto te lo daré a su tiempo.

   Es por esto que no nos preocupamos por un obispo, por sacerdotes, rezamos por ellos, pero no nos preocupamos, incluso si no tenemos misas o sacramentos, sólo tenemos que ser generosos y pedir a Nuestra Señora tener una contrición perfecta habitual, una comunión espiritual habitual y una habitual reflexión de la Pasión y Muerte de Nuestro Señor Jesucristo. ¡Sigan adelante! ¡No importan los números! Conozco una ciudad donde solamente hay una persona católica tradicional.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén