viernes, 8 de septiembre de 2017

LA GRANDIOSA TEOFANÍA TRINITARIA A SOR LUCÍA



El 13 de Junio de 1929, había pedido y obtenido permiso de mis superioras y de mi confesor, de hacer una hora santa de once a medianoche la noche del jueves a viernes de cada semana.

Estando sola una noche me arrodillé cerca de la balaustrada, en medio de la capilla, para rezar postrada las oraciones del Angel. Sintiéndome cansada me incorporé y continué rezándolas con los brazos en cruz. La única luz era la de la lámpara del Santísimo. De repente toda la capilla se iluminó con una luz sobrenatural y, sobre el altar, apareció una cruz de luz que llegaba hasta el techo. En una luz mas clara se veía, en la parte superior de la cruz, un rostro de hombre, con el cuerpo hasta la cintura; sobre el pecho una paloma, igualmente luminosa, y clavado en la cruz el cuerpo de otro hombre. Un poco debajo de la cintura (de éste), suspendido en el aire, se veía un gran Cáliz y una gran Hostia sobre la cual caían algunas gotas de Sangre que corrían sobre las mejillas del Crucificado y de una herida en el pecho. Escurriendo sobre la Hostia, esas gotas caían dentro del Cáliz. Bajo el brazo derecho de la cruz estaba Nuestra Señora con su Inmaculado Corazón en la mano... (Era Nuestra Señora de Fátima con su Inmaculado Corazón..., en la mano izquierda... sin espada ni rosas, pero con una corona de espinas y llamas...). Bajo el brazo izquierdo [de la Cruz], grandes letras como de agua cristalina que hubiese corrido por encima el altar, formaban estas palabras: GRACIA Y MISERICORDIA. Comprendí que me era mostrado el misterio de la Santísima Trinidad y recibí acerca de este misterio luces que no me está permitido revelar.

Después Nuestra Señora me dijo: El momento ha llegado en que Dios pide al Santo Padre que haga, en unión con todos los Obispos del mundo, la consagración de Rusia a mi Inmaculado Corazón; prometiendo salvarla por este medio. Son tan numerosas las almas que la justicia de Dios condena por pecados cometidos contra Mí, que vengo a pedir reparación. Sacrifícate por esta intención y reza.

Di cuenta a mi confesor que me mandó escribir lo que Nuestro Señor quería que se hiciese:

Nuestra Señora ha dicho: Ha llegado el momento en que Dios pide al Santo Padre que haga y que ordene, que en unión con el y al mismo tiempo, todos los obispos del mundo hagan la Consagración de Rusia a mi Inmaculado Corazón; prometiendo convertirla [a Rusia] a causa de este día de oración y de reparación mundial.

Dios quiera allanar pronto los distintos obstáculos que todavía se encuentran en el camino de esta consagración.

FATIMA-ROMA -MOSCU
R.P. Gerard Mura