"Los jefes, los conductores del pueblo de Dios, han descuidado la oración y la penitencia, y el demonio ha oscurecido sus inteligencias, se han convertido en estrellas errantes que el viejo diablo arrastrará con su cola para hacerlos perecer. Dios permitirá a la antigua serpiente poner divisiones entre los soberanos, en todas las sociedades y en todas las familias."
QUE VUESTRO HABLAR SEA SI SI O NO NO, TAL COMO AQUI LO HIZO S.S. PIO IX
El 17 de septiembre de 1861 después del decreto relativo a la canonización de los veintitrés mártires franciscanos del Japón, dijo S.S. Pío IX lo siguiente:
"En
estos tiempos de confusión y desorden, no es raro ver a cristianos,
a católicos –también los hay en el clero- que tienen siempre las
palabras de término medio, conciliación, y transacción. Pues
bien, yo no titubeo en declararlo: estos hombres están en un error,
y no los tengo por los enemigos menos peligrosos de la Iglesia…
Así como no es posible la conciliación entre Dios y Belial,
tampoco lo es entre la Iglesia y los que meditan su perdición. Sin
duda es menester que nuestra fuerza vaya acompañada de prudencia,
pero no es menester igualmente, que una falta de prudencia nos lleve
a pactar con la impiedad… No, seamos firmes: nada de conciliación;
nada de transacción vedada e imposible".
"Si
bien los hijos del siglo son más astutos que los hijos de la luz,
serían sin embargo menos nocivos sus fraudes y violencias, si
muchos que se dicen católicos no les tendiesen una mano amiga.
Porque no faltan personas que, como para conservarse en amistad con
ellos, se esfuerzan en establecer estrecha sociedad entre la luz y
las tinieblas, y mancomunidad entre la justicia y la iniquidad, por
medio de doctrinas que llaman católico-liberales, las cuales
basadas sobre principios perniciosísimos adulan a la potestad civil
que invade las cosas espirituales, y arrastran los ánimos a
someterse, o a lo menos, a tolerar las más inicuas leyes, como si
no estuviese escrito: ninguno puede servir a dos señores. Estos son
mucho más peligrosos y funestos que los enemigos declarados, ya
porque sin ser notados, y quizá sin advertirlo ellos mismos,
secundan las tentativas de los malos, ya también porque se muestran
con apariencias de probidad y sana doctrina, que alucina a los
imprudentes amadores de conciliación, y trae a engaño a los
honrados, que se opondrían al error manifiesto.
APOSTOLADO EUCARISTICO