¿Qué se supone que debemos hacer en estos tiempos de desorientación
diabólica? Esta pregunta nos lleva al Tercer Secreto de Fátima.
Nuestra Señora nos dio la solución para los tiempos que estamos viviendo
que son de una “desorientación diabólica”. La Hermana Lucía usó esa frase con
frecuencia, debemos creer que este término está en el Tercer Secreto.
Ratzinger llegó a decir que el Tercer Secreto se refiere a los peligros que
amenazan la Fe y la vida de los Católicos y por consiguiente al mundo. Esa
parte del Secreto no fue revelada en el año 2000.
El Tercer Secreto dice que vendrá un Concilio diabólico, es por esta
razón que no se reveló en el año 1960, y además, nos dice Ratzinger, que el
cambio en la Misa no debió haberse hecho. El Papa Pío XII llegó a decir: “estoy
preocupado por las advertencias de Nuestra Señora a la Hermana Lucía, es una
advertencia contra el suicidio de alterar la Fe en su liturgia, en su teología,
en su alma.
La unidad es una cosa muy importante, pero la verdad lo es más. La única
manera de tener una verdadera unidad en
la Iglesia es teniendo unidad en la Fe, sin la unidad en la Fe, toda otra
unidad es política, pero no nos da la unidad que necesitamos.
El Papa San Pío X definió el Modernismo como la suma de todas las
herejías. Así que estamos viviendo en el tiempo de la más grande de todas las
herejías, la peor en toda la historia de la Iglesia.
El Concilio Vaticano II fue dirigido por modernistas.
El Dogma es muy importante para conocer lo que está sucediendo. Por
ejemplo, hoy en día llaman desobediencia a quienes asisten a la Misa
Tradicional. Sin embargo, el Concilio de Trento definió como Dogma de Fe por el
Papa San Pío V, que la Misa Tridentina es la única Misa a la cual deben asistir
los católicos.
Recordemos a San Atanasio fue Obispo de Alejandría por 45 años, pero
pasó 17 de esos años en exilio. Fue exiliado por sus mismos hermanos Obispos de Egipto. Los Obispos
de Egipto trataron de destruir a San Atanasio porque él se mantuvo firme por la
Verdad, por el dogma de la Fe. El 90% de los Obispos estaban equivocados, no
sólo los Obispos de Egipto que exiliaron a San Atanasio 5 veces por 17 años, el
mismo Papa Liberio lo excomulgó en el año 357, se arrepintió después, pero el
punto es que incluso el Papa estaba equivocado. Por eso es muy importante
aferrarnos al dogma si queremos salvar nuestra alma.
El dogma nunca puede fallar, son definiciones infalibles. Dios nos ha
dado una enseñanza para todos los tiempos. Lo que la Iglesia ha enseñado antes infaliblemente
es verdad también hoy.
Santo Tomás de Aquino, el más
grande de los Doctores de la Iglesia nos dice que hay doce artículos de la Fe
en el Credo de los Apóstoles, y que debemos creer cada uno de ellos
explícitamente para salvar nuestra alma.
La Fe nos muestra la verdad de la
vida espiritual, y manteniendo los ojos de la Fe abiertos, conoceremos el
camino y qué es lo que hay que evitar para no desviar el camino y llegar al Cielo. Esta Fe se nos dio en nuestro
bautismo, es un tesoro que tenemos que preservar.
Dios nos ha mandado malos sacerdotes, e incluso Papas como un castigo. Hoy en día hay una diabólica desorientación,
por ejemplo, muchas personas piensan que es parte de la Iglesia tener diálogo,
diálogo ecuménico le llaman. Los Papas Pío XI y Pío XII nos advierten en
documentos oficiales que no podemos rezar con los no católicos, no porque sean
malas personas, sino porque nosotros tenemos la Fe verdadera y no podemos dar
la impresión de que otra religión es verdadera cuando no lo es.
Tenemos que ser testigos de la Fe, no de la mentira. Si rezamos con no
católicos, les estamos diciendo que su dios y el nuestro es el mismo.
Nuestro Señor fundó una sola Iglesia. Aferrémonos a la verdad, no nos
desanimemos. El dogma es primero, no cambia. Debemos estar conscientes que
creemos la Fe porque es la verdad. Debemos tener amor por la verdad, el amor por la verdad es
parte de la caridad, San Pablo nos dice que el Anticristo vendrá por una razón:
porque los fieles habrán perdido el amor a la verdad, lo dice la segunda carta
a los Tesalonicenses en el capítulo segundo. Los fieles habrán perdido el amor
por la verdad, por lo tanto, la sal
habrá perdido su sabor, y por lo tanto, de nada sirve ya. Este es el panorama
de la mayoría de los fieles después del Concilio hasta nuestros días. Cuando los fieles pierden la Fe, o el amor por
la Verdad no sirven de nada si no para ser arrojados al suelo y pisoteados.
Cuando
vean un Sínodo que promulgue que las
reglas han cambiado, toda esta pobre gente estará siendo engañada, y estamos
hablando de millones de gentes. En el día del juicio no podrán decir que no les
dijeron. No podemos decir: “es que lo dijo el Cardenal, lo dijo el Papa”. Dios
nos dio la razón para que la usáramos. Hay que usar los talentos que Dios nos
ha dado.
El castigo de Dios no será sólo para los católicos, sino para todo el
mundo. Cuando Abraham le pidió a Dios
que salvara Sodoma y Gomorra, le pidió que si había cincuenta hombres justos la
salvara, Dios dijo que sí, por 45, le dijo que sí, por 30, por 20, por 10, por
5, Dios no pudo encontrar cinco hombres justos para salvar las ciudades. Dios
la hubiera salvado por cinco hombres justos. Ahora pasa lo mismo, cuando los
fieles pierden su sabor, el mundo no es agradable a Dios.
La Verdad se conoce por las definiciones dogmáticas infalibles. Puede
que me guste o no me guste, puede que me convenga o no me convenga, eso no
importa, lo que importa es conformar mi mente y mi corazón con la Verdad.
Es muy importante tener siempre presente lo que dijo San Vicente Lerins:
"Es verdadera y propiamente católico lo que fue creído en todas partes,
siempre, por todos". "Has recibido oro, debes entregar oro (...) no plomo,
no bronce, en lugar del precioso metal". "El cristiano deberá hacer
todo lo posible para adherirse a la antigüedad, la cual no puede evidentemente
ser alterada por ninguna nueva mentira". "Por consiguiente, anunciar
a los cristianos alguna cosa diferente de la doctrina tradicional no era, no
es, no será nunca lícito; y siempre fue obligatorio y necesario, como lo es
todavía ahora y lo será siempre en el futuro, reprobar a quienes hacen bandera
de una doctrina diferente de la recibida".
Hoy en día la gente ya no piensa,
solo siente. Este no es asunto de sentir, es un asunto de salvar el alma.
Tenemos la obligación de conocer la Fe, debemos amar la verdad, es primordial
para salvarnos.
Para ser fiel necesitamos la gracia. Recemos el Rosario todos los días
para tener la gracia de continuar en el camino de Dios. Por nuestras propias
fuerzas no podemos nada. Si usamos el escapulario, será fácil rezar el Rosario,
rezando el Rosario amaremos la Misa.
Pidamos a Nuestra Señora que nos enseñe a encontrar la Verdad y a
comprender que cuando la encontramos debemos de vivir por ella. Todos tenemos
la obligación de buscar la Verdad, de conocer la Verdad, de defender la Verdad
y de abrazar la Verdad.
Padre Gruner
2014