martes, 6 de noviembre de 2018

LA NUEVA SSPX Y EL VATICANO II


De nueva cuenta escribimos unas notas respecto a un articulo que aparece en el sitio oficial de la SSPX Distrito de México: Magisterio, se puede leer aqui: http://fsspx.org/es/magisterio

En dicho articulo se intenta explicar la nueva orientación que el papa Juan XXIII le dá al CV II, se hace referencia a las explicaciones modernistas de Benedicto XVI a la nueva "orientación" de la fe.
Extractos del artículo:

"El discurso del Papa Juan XXIII durante la apertura del Concilio Vaticano II (el 11 de octubre de 1962),[1] la alocución del mismo dirigida al Sacro Colegio el 23 de diciembre de 1962,[2] y el discurso de Benedicto XVI del 22 de diciembre de 2005[3] indican la intención del Concilio, que debe corresponder a la de un “Magisterio pastoral.” El Vaticano II quiso expresar la fe de la Iglesia siguiendo los modos de búsqueda y de formulación literaria del pensamiento moderno, y redefinir la relación de la fe de la Iglesia con respecto a ciertos elementos esenciales de dicho pensamiento." [Juan XXIII]
¿Qué significado exacto conviene dar a este nuevo Magisterio pastoral, deseado por Juan XXIII? Benedicto XVI quiso dar la interpretación más auténtica del propósito de Juan XXIII, y lo hizo en lo que todo el mundo considera como el discurso clave de su pontificado. Al seguir “los modos de búsqueda y de formulación literaria del pensamiento moderno”, el Concilio Vaticano II, nos dice, quiso cambiar la definición de la relación que debe existir entre la fe de la Iglesia y ciertos elementos propios del pensamiento moderno. Así pues, no se trata de expresar la misma definición en términos diferentes. Sin lugar a dudas, se trata de cambiar la definición.
No es solamente que cambie la forma del discurso; es su fondo y su sustancia, sobre el punto preciso que compromete los principios de la fe católica con respecto al pensamiento moderno. Prueba de ello es que esto llevó al Concilio a “volver a interpretar” o a “corregir” ciertas decisiones históricas, al punto de dar la apariencia de una cierta discontinuidad.
 

El Concilio Vaticano II, con la nueva definición de la relación entre la fe de la Iglesia y ciertos elementos esenciales del pensamiento moderno, reinterpretó o incluso corrigió ciertas decisiones históricas, pero dentro de esta aparente discontinuidad, en cambio mantuvo y profundizó su naturaleza íntima [de la Iglesia] y su verdadera identidad”. [Benedicto XVI]

Pero mons. Lefebvre escribe lo siguiente en Le Destronaron:

Los católicos liberales introducen los errores liberales en el interior de la Iglesia y en las sociedades todavía algo católicas. Es muy instructivo volver a leer las enseñanzas de los Papas al respecto y comprobar el vigor de sus condenaciones. Es de gran valor recordar la aprobación de Pío IX a Luis Veuillot, autor del admirable libro L’Ilusion Libérale [La Ilusión Liberal], y la del Santo Oficio al del Padre Félix Sardá y Salvany El Liberalismo es Pecado. ¿Qué habrían pensado esos autores si hubieran comprobado, como nosotros hoy, que el liberalismo es rey y señor en el Vaticano y en los episcopados? De allí la urgente necesidad, para los futuros sacerdotes, de conocer este error. Pues el católico liberal tiene un falso concepto del acto de fe, como bien lo muestra el Padre Sardá (Cap. VII). La fe no es ya una dependencia objetiva de la autoridad de Dios, sino un sentimiento subjetivo, que, en consecuencia, respeta todos los errores y especialmente los errores religiosos. Luis Veuillot en su Cap. XXXIII muestra bien que el principio fundamental del 1789 es la independencia religiosa, la secularización de la sociedad y en definitiva, la libertad religiosa. 

La nueva SSPX ya no lucha por defender la doctrina católica de los errores modernistas, antes bien los justifica, cita textual del articulo:
La Fraternidad San Pío X no asegura que este cambio de definición afecte todas las enseñanzas del Vaticano II, de manera global. Simplemente tomamos nota de lo que dicen Juan XXIII y Benedicto XVI y constatamos que, en algunos puntos determinados, el Concilio Vaticano II adoptó el enfoque mismo del pensamiento moderno y que esto lo llevó a dar, de la relación de la Iglesia tanto con respecto a las sociedades civiles como con respecto a otras religiones, un nuevo concepto, incompatible con el del Magisterio anterior. El Magisterio es por definición constante. Las afirmaciones que parecen ser incompatibles con lo que éste ya ha propuesto no se podrían revestir de valor propiamente magisterial.
Por consiguiente, negamos que las enseñanzas del Vaticano II sobre la libertad religiosa y el ecumenismo (así como las que se refieren a la colegialidad y a la nueva eclesiología) se puedan imponer bajo el título de un Magisterio verdadero y exacto. Es cierto que estos cuatro puntos no son por sí solos el Concilio en su totalidad. Mons. Lefebvre dijo que él nunca había rechazado en bloque el Concilio Vaticano II.[14] Por consiguiente, si el Concilio puso en práctica formas de pensar sujetas a debate, el hecho de esta situación debe ser examinado en cada caso, por texto. Y eso es lo que hacemos, sobre los puntos señalados.

Entonces la nueva SSPX piensa que sólo son errores de interpretación, algunas partes bien y otras mal. Si la fe esta en riesgo se debe rechazar el conjunto para preservar la unidad de la fe.
No afirman que la doctrina católica ha sido cambiada, nunca mencionan que son herejías la innovaciones del CV II, no mencionan el peligro de cambiar la Fe [sin la fe intregra y verdadera es imposible salvarse].
Ademas involucra a mons Lefebvre respecto que no había rechazado en bloque el CV II, citando al libro Le Destronaron, en donde dedica, mons Lefebvre, al menos 10 capítulos de condena al Concilio Vaticano II.  Cita textual, Le Destronaron, pagina 2, prefacio:

A fin de guardar y proteger la fe católica de la peste del liberalismo, este libro me parece llegar muy oportunamente, haciéndose eco de las palabras de Nuestro Señor: “Aquel que crea será salvo, aquel que no crea se condenará”; es esta fe la que el Verbo de Dios encarnado ha exigido a todos si quieren ser salvados. Ella causó su muerte, y siguiendo su camino, la de todos los mártires y testigos que la han profesado. Con el liberalismo religioso, no hay más mártires ni misioneros, sino liquidadores de la religión, reunidos alrededor de la pipa de una paz puramente verbal. 

Cita textual, pagina 123, capitulo XXXIV:

Por mi parte, no me resignaré; no asistiré a la agonía de mi Madre, la Santa Iglesia, con los brazos caídos. Ciertamente no comparto el optimismo beato de algunos sermones: “Vivimos una época magnifica. El Concilio ha sido una renovación extra-ordinaria. ¡Viva esta época de transformación cultural! Nuestra sociedad se caracteriza por el pluralismo religioso y la libre competencia ideológica. Sin duda, este ‘avance’ de la historia va acompañado de algunas pérdidas: práctica religiosa nula, contestación de toda autoridad, los cristianos nuevamente en minoría. ¡Pero mirad cuántos beneficios! Los cristianos son la levadura escondida en la masa, el alma de la Ciudad pluralista, en gestación, vitalmente cristiana, son el motor de los ideales de un mundo nuevo que va surgiendo ¡más fraterno, más pacífico, más libre!” 

Tal ceguera solo se explica como el cumplimiento de la profecía de San Pablo que habla de los apostatas de los últimos tiempos. Dios mismo, dice San Pablo, “les enviará poderes de engaño a fin de que ellos crean la mentira” (II Tes. 2, 10-11). ¿Qué castigo más terrible puede haber que una jerarquía desorientada? Si damos crédito a Sor Lucia, eso es precisamente lo que Nuestra Señora ha anunciado en la tercera parte del Secreto de Fátima: la Iglesia y su jerarquía sufrirán una “desorientación diabólica” y, siempre según Sor Lucia, esta crisis corresponde a lo que el Apocalipsis nos dice sobre el combate de la Mujer contra el Dragón. Ahora bien, la Santísima Virgen nos asegura que al final de esta lucha “su Corazón Inmaculado triunfará”. 

¿La nueva SSPX en dónde se sitúa? ¿Punto intermedio? Usan de modelo a mons Lefebvre pero no lo imitan, antes bien lo tergiversan. ¿Nada ha cambiado? ¿No quieren contrariar a los enemigos de la Cruz de Cristo? La defensa de la doctrina que hicieron los papas antiliberales ¿en dónde quedó? ¿Sólo importan los Sacramentos y vivir en falsa paz? ¿La Doctrina de Nuestro Señor Jesucristo Sacramentado no debe ser defendida?