viernes, 3 de febrero de 2017

LA FRATERNIDAD HA ABANDONADO LA POSICIÓN DEL ARZOBISPO LEFEBVRE: R. P. HEWKO






  La Fraternidad ha abandonado la posición de Monseñor Lefebvre, esto es muy claro. No compromiso con Roma, no compromiso con Vaticano II,  no compromiso a la nueva misa.
 Hasta que tengamos un Papa perfectamente Católico obedeceremos. Ahora es un pecado obedecerlos. Sería falsa obediencia. Incluso las logias masónicas decían: por la obediencia destruiremos al clero, destruiremos la Iglesia. Cuando la autoridad se sale de la línea de Dios, de su Reinado, del Magisterio de la Iglesia, sería un pecado obedecer. Ahora para ser verdaderamente obedientes tenemos que desobedecer.

  Los viejos argumentos que escuchamos hace veinticinco años están de regreso. Ahora nos dicen que tenemos que obedecer a Monseñor Fellay, que debemos estar bajo un superior, el mismo Monseñor Lefebvre decía: yo no pedí estar en esta situación pero tenemos que ser obedientes a Cristo y al Magisterio de la Iglesia. Nadie tiene el derecho de cambiar la Fe, ni de obedecer órdenes que nos van a hacer perder la Fe. Si ustedes van a la nueva misa van a perder la Fe finalmente.  Y aquellos que no saben bien y están yendo a la nueva misa, si aún tienen  Fe  es porque están rezando el Rosario, o están leyendo el viejo catecismo o tienen las devociones antiguas, pero no por la nueva misa. Bajo ninguna circunstancia debemos recomendar ir a la nueva misa. El Vaticano II tiene su propio sacerdocio, sus propios dogmas y moral, su propia enseñanza y magisterio. La enseñanza de San Pío X fue tan clara condenando el modernismo pues es una síntesis de todas las herejías que ataca la raíz, las ramas, las hojas, los frutos de toda la enseñanza Católica, ataca al mismo Cristo. Es por esto que tienen que ser los Macabeos de hoy. Debe defender no solo una doctrina de la Fe Católica sino la Fe en su totalidad. Todo el catecismo, toda la Misa Tridentina, todo de la A a la Z. Recemos a estos grandes mártires, los Cristeros, los mártires de la revolución comunista, los mártires de la revolución francesa, tantos santos obispos, sacerdotes y personas católicas que prefirieron morir antes que comprometer su Fe.

  La libertad es la diosa del Vaticano II. Una noción falsa de libertad. Recomiendo leer  León XIII sobre la libertad humana. La idea masónica de libertad es escupirle a nuestro Señor, es creer lo que cada quien quiera. Es un triunfo de Vaticano II. Libertad religiosa, falso ecumenismo.
  El liberalismo tiene su propio sacerdocio. La Masonería quiso difundir sus ideas a través de los sacerdotesinfiltrando la Iglesia. No es ningún secreto quehay sacerdotes, obispos que son  abiertamente masones y ahora  hemos tenido cinco Papas promoviendo abiertamente las ideas masónicas. Los nuevos sacerdotes del liberalismo están difundiendo las ideas masónicas.
Recuerden lo que nuestro Señor Jesucristo le dijo a Judas: lo que vas a hacer hazlo ya. Al menos Judas hizo rápido lo que tenía que hacer. Traicionar a nuestro Señor, suicidarse e irse al infierno para siempre. Pero el demonio está usando ahora una nueva táctica con nosotros: no hacerlo rápidamente -esta traición-, ir lentamente, que se vayan aclimatando, ir inoculando el nuevo pensamiento.
  Esto es verdaderamente diabólico. Padre Pfeiffer y yo conocemos a muchas buenas personas que han peleado por años por la Tradición, ahora están diciendo: estoy cansado de pelear. Ya no quiero regresar a las Misas en los hoteles. Pero Dios no nos está pidiendo que nos retiremos. Nos está pidiendo que muramos pelando. Muchos de ustedes han estado peleando por cincuenta años desde la revolución del Concilio Vaticano II. Tenemos que morir peleando por la Fe, con los rifles en la mano. . Se nos hace mucho tiempo el pelear por cincuenta años, pero miren la historia,  la herejía arriana duró más de  cincuenta años, miren a Inglaterra, Irlanda, Escocia, doscientos años de persecución de la Fe Católica. ¿Y nosotros estamos exhaustos por tan poco? Tenemos que ser los Macabeos de estos días.

  Recordemos que Monseñor Lefebvre dijo infinidad de veces que la Nueva Misa no da gracias miremos sus frutos. Mata la vida espiritual.
 Nosotros estamos obedeciendo a todos los Papas de la Tradición, estamos obedeciendo a nuestro verdadero superior general  Monseñor Lefebvre.

  Padre Pfeiffer y yo y muchos  sacerdotes que están resistiendo tenemos un deber, sabemos que si nos quedamos callados, que si dejamos de pelear,  podemos condenarnos en el infierno como sacerdotes,  porque es nuestro deber ahora, Dios nos hizo sacerdotes, San Gregorio dice que los sacerdotes somos como los perros que cuidan las ovejas, debemos ladrar a los lobos que están alrededor. Muchos sacerdotes han aceptado guardar silencio sólo por la presión.Desde el 2012 está prohibido en la Fraternidad predicar contra el acuerdo con Roma.

  Estamos en la misma batalla que Monseñor Lefebvre, son los mismos principios, el mismo Cristo Rey, el mismo reino de Satanás contra el que peleamos, son solo nuevos nombres y nuevos compromisos.

  En 1988 en el sermón de las Consagraciones de los Obispos Monseñor Lefebvre dijo:
“Me parece oír, mis queridos hermanos, las voces de todos estos Papas, desde Gregorio XVI, Pío IX, León XIII, San Pío X, Benedicto XV, Pío XI y Pío XII, decirnos: «Por caridad, por piedad, ¿qué vais a hacer de nuestras enseñanzas, de nuestra predicación, de la fe católica? ¿Vais a abandonarlo? ¿Vais a dejar que desaparezca de este mundo? Por caridad, por piedad, seguid guardando este tesoro que os hemos dado. ¡No abandonéis a los fieles, no abandonéis a la Iglesia! ¡Seguid trabajando por la Iglesia! A fin de cuentas, desde el Concilio, lo que hemos condenado es lo que las autoridades romanas adoptan y profesan. ¿Cómo es posible esto? Hemos condenado el liberalismo, el comunismo, el socialismo, el modernismo, "Le Sillon". Todos estos errores que hemos condenado resulta que ahora son profesados, adoptados, sostenidos por las autoridades de la Iglesia. ¿Es posible esto? Si no hacéis algo para continuar esta tradición de la Iglesia que os hemos dado, desaparecerá todo. La Iglesia desaparecerá. Todas las almas se perderán.

 Y ¿por qué, Monseñor, me preguntan, no ha continuado con esas conversaciones que sin embargo daban la impresión de llegar a cierto entendimiento? Precisamente porque al mismo tiempo que estampada mi firma en el protocolo, en ese instante, el enviado del Cardenal Ratzinger, que me traía este protocolo para firmarlo,me entregaba seguidamente una carta en la que me rogaba que pidiese perdón por los errores que yo profesaba.

Si estoy en el error, si enseño errores, está claro que se me debe traer de nuevo a la verdad, de acuerdo con los que me envían este protocolo para ser firmado reconociendo yo mis errores. Como si me dijesen: si reconoce sus errores, le ayudamos para que vuelva a la verdad. ¿Qué verdad es ésta, según ellos, sino la verdad del Vaticano II, la verdad de esta Iglesia conciliar? Por tanto es cierto que para el Vaticano la única verdad que existe hoy es la verdad conciliar, el espíritu del Concilio, el espíritu de Asís. Esa es la verdad de hoy. Y eso no lo queremos por nada del mundo.

Por esta razón, al constatar la voluntad firme de las actuales autoridades romanas de hacer desaparecer la Tradición y conducir todo el mundo a este espíritu del Vaticano II y a este espíritu de Asís, evidentemente hemos preferido retirarnos y he contestado: no, no podemos. Es imposible. Es imposible someternos a la autoridad del cardenal Ratzinger, presidente de esta comisión romana que debía dirigirnos. Sería ponernos en sus manos y por consiguiente en las manos de los que quieren llevarnos al espíritu del Concilio, al espíritu de Asís. No es posible”.

  Monseñor Fellay debería decir esto mismo ahora. Y no. Lo que él dice es que no es una trampa. Que la prelatura personal no es una trampa. Los romanos sencillamente se están burlando de él.

Y Monseñor Lefebvre continúa diciendo:
“Por esta razón envié una carta al Papa diciéndole muy claramente: no podemos, a pesar de todos los deseos que tenemos de estar en plena comunión con S. S., y dado este espíritu que reina ahora en Roma y que quieren comunicarnos; preferimos continuar en la Tradición, guardar la Tradición, esperando que esta Tradición reencuentre su puesto en Roma, su puesto entre las autoridades romanas y en el espíritu de estas autoridades romanas.

Todo esto durará lo que Dios tenga previsto, no me pertenece el saber cuándo obtendrá de nuevo la Tradición sus derechos en Roma, pero juzgo que es mi deber aportar los medios para llevar a cabo lo que llamaré  operación “supervivencia” de la Tradición. Y si hubiera hecho esa otra operación con Roma siguiendo los acuerdos que habíamos firmado y poniendo en práctica a continuación estos acuerdos, haría la operación “suicidio”. Así pues, no hay elección: ¡debemos sobrevivir! Y por eso hoy, al consagrar a estos obispos, estoy persuadido de continuar, de hacer vivir la Tradición, es decir, la Iglesia Católica”.

  Ahora a los seminaristas de Virginia les están diciendo, tenemos que obedecer, no podemos estar sin autoridad, no podemos estar como la Resistencia sin autoridad. Pero si seguimos a la autoridad y los obedecemos destruimos la Tradición Católica. Necesitamos estar con la Fe Católica de todos los tiempos.

  Monseñor Fellay, queridos sacerdotes de la Fraternidad  ¡despierten!
     El Padre Pfluger dice que estamos en una situación anormal pero nosotros seguimos Católicos no estamos afuera de la Iglesia. ¿Quiénes fueron los que introdujeron nueva doctrina, nueva misa, nuevos sacramentos, nueva teología, toda una nueva religión? No fuimos nosotros. Y cuando el Papa regrese a la Tradición simplemente va a regresar a lo que siempre ha sido. No somos cismáticos, somos sencillamente Católicos.

  Pedimos sus oraciones para nuestro seminario en Kentucky. Estamos en una situación de emergencia. Tiene que haber sacerdotes para mañana. Recen por vocaciones, recen porque Dios nos dé finalmente un Obispo, espero que sea uno de los cuatro. Necesitamos sacerdotes con formación tomística verdadera, no liberales, no modernistas.

  Todos sabemos que la verdadera solución está en la Santísima Virgen María, cuando el Papa consagre Rusia a su Corazón Inmaculado. - No creo que sea  el Papa Francisco a menos que ocurra un milagro. Será un gran milagro como el de México.  Nuestra Señora no se apareció en la frontera de México, fue directamente al centro del lugar de los sacrificios humanos. Fue directamente al corazón de la pelea. Estemos muy cerca de Ella. Recemos porque este día llegue.

¡Viva Cristo Rey!
Extracto conferencia R.Padre Hewko
Diciembre 31 2016