Queridos familiares, amigos y fieles que luchan por la fe a “capa y espada”. A falta de liderazgo y para combatir el veneno de la confusión y ambigüedad que nos hace adormecer las armas, que deberían estar constantemente afiladas, para la lucha por la defensa de Cristo Rey y de su Iglesia y como parte de mi responsabilidad moral y espiritual de paternidad que tengo sobre ustedes, les he escrito las siguientes líneas, así lo ha querido la Divina Providencia.
Ustedes mismos no desean que exista división entre nosotros, miembros de la misma familia católica tradicional, y no tiene porque haberla, todos queremos ser parte del Cuerpo Místico de Cristo Nuestro Señor por toda la eternidad!. Entonces ¿que está pasando?
Ustedes saben que en otro tiempo, por la gracia de Dios, fui sacristán de la capilla San Atanasio de la FSSPX, día y noche por 5 años, y que ahora soy monje y sacerdote, entonces ¿será que el Padre Rafael ya no quiere servir a Dios ni salvar almas ya que nos quiere alejar de la FSSPX?
Quiero que reflexionen sobre el siguiente hecho que es de todos ustedes conocido. Yo como religioso tengo votos perpetuos de obediencia en la orden benedictina, y a pesar de eso tuve que salir y en conciencia todavía no puedo regresar a mi monasterio.
Este sólo hecho les debe dejar pensando de que una de dos cosas está pasando: o el Padre Rafael sufrió algo sumamente grave que lo hizo salir de la FSSPX o la segunda opción es que el Padre Rafael está loco; ya que salió de su monasterio con votos perpetuos y eso no se puede hacer sin poner en grave peligro la salvación de su alma.
O una cosa o la otra es verdadera, y como estamos hablando de un tema grave que tiene que ver con la fe y la salvación de la almas, por lo menos del alma del Padre Rafael, entonces ustedes están obligados a preguntarse que está pasando y comenzar a investigar o a ayudar por caridad al Padre Rafael para que no pierda su alma.
Por mi parte quiero darles un poco de luz para que ustedes sepan que dirección tomar.
“El justo vive de la fe”, dice Nuestro Señor Jesucristo. O sea que el católico se debe mover por la luz de la fe más que por la luz de las opiniones o de las personas o de la FSSPX, o de las apariencias. Los principios católicos deben ser nuestra guía a seguir por encima de todo lo demás. Si las opiniones, las personas o la FSSPX, o las apariencias se ajustan a la fe, a los principios, a la verdad, entonces los seguimos. Pero si no es así, pues entonces es claro que no los podriamos seguir ya que “sin la fe es imposible agradar a Dios” , y porque solo “el que crea se salvará…”.
Ahora, ustedes me preguntarán, ¿en que punto, querido Padre Rafael, la FSSPX se está alejando de la fe como para que yo decida ya no seguirla y apartarme de ella así como usted está hizo al salir de su monasterio?. Respuesta: poner en peligro la fe es un pecado contra el primero y el segundo mandamiento de la ley de Dios.
En cuestiones de religión o se está con Cristo o contra Cristo, no hay línea media o compromiso posible, este es el primer mandamiento de la ley de Dios, en esto estaría la acusación de “radicalismo” con que acusaron a Mons. Lefebvre y a sus seguidores desde el Vaticano II, que decidió abrazar el ecumenismo y la libertad religiosa.
Para estar con Cristo debemos rechazar el Vaticano II y su espíritu diabólico que ha creado otra religión con la apariencia de católica. A esa religión hay que condenarla y combatirla, y no podemos tener parte con ella bajo pena o amenaza de estar traicionando a Cristo.
Ahora, la FSSPX desde 1996 con la creación del GREC, ha estado sistemáticamente intentando reincorporarse a esta falsa religión en apariencia “católica”. El católico gana o pierde al nivel de la fe. Al nivel de la fe, esta actitud de compromiso es totalmente reprobable especialmente porque es algo habitual y es una política de ley establecida por la FSSPX. “Por los hechos los conoceréis”. Esta actitud de adulterio con otra religion de manera sistemática es lo que nos obliga a separarnos de la FSSPX de manera habitual.
Objeciones:
1.- Pero queremos resistir internamente sin salirnos de la FSSPX.
Respuesta: La cabeza de la FSSPX cambió el rumbo del barco, no se puede resistir dentro del barco sin pelear con el general del barco. Se podría uno quedar en ese barco sólo si el general volviera al rumbo original. Por ello existe el pecado de OMISION, cuando uno no hace lo que debería hacer. A pesar de que los que van en el barco no hayan cambiado de rumbo, basta con que el barco cambie de dirección y que ellos no reaccionen contra el capitán del barco para consideramos cómplices de la desviación del barco al menos por omisión. Si el barco se dirige hacia la ruina (aceptación del VII, misa nueva, etc..) ¿quién se quedaría sin saltar solo por agradar al capitán? Cuando el capitán seguía los principios de Jesucristo teníamos la obligación de seguir, ayudar y rezar por el capitán.
2.- Pero no vemos ningún cambio malo en la práctica.
Respuesta: La fe es de la cosas que no se ven. La batalla es al nivel de los principios. Esperar a reaccionar hasta ver las consecuencias de los falsos principios es como querer abandonar el barco, que ya cambió de rumbo, sólo cuando se esté hundiendo; eso sería demasiado tarde para reaccionar.
3.- Pero los superiores tienen la gracias de estado, basta rezar.
Respuesta: Nuestro Señor dijo “Velad y orad para no caer en la tentación”. No dijo: “orad y confiad en los superiores”. Mas bien el pidió que vigilemos ya que puede haberlobos entre los pastores, entre las ovejas. Que uno tenga la gracia de estado no significa que uno necesariamente vaya a ser fiel a esa gracia. “El justo peca 7 veces al día” dice el Eclesiástico.
4.- Hay que obedecer a los superiores.
Respuesta: SI, siempre, excepto cuando nos manden algo contra la fe o los mandamientos. La fe esta por arriba de la obediencia. Por ello la obediencia ciega está prohibida. Y por eso Jesucristo dijo: “El justo vive de la fe”.
5.- Pero necesitamos los sacramentos, solo iré a la FSSPX por los sacramentos.
Respuesta: El vivir de la fe es el espíritu de los sacramentos.Una comunión o misa espiritual puede valerle más a una persona bien dispuesta, que los sacramentos a una persona mal dispuesta. Dios es fiel y suple nuestras necesidades con su poder, misericordia y bondad. “Sin la fe es imposible agradar a Dios”. Un sacerdote sin fe o que pone en peligro la fe no es agradable a Dios y no se le debe seguir. La fe del sacerdote o la falta de fe puede fomentar o poner en peligro la fe del feligrés.
Es un peligro contra la fe frecuentar un sacerdote que él mismo está poniendo en peligro su fe. Y cuando la prioridad de la Congregación a la que pertenece ese sacerdote ya no es ladefensa de la fe y la enseñanza de la verdad, pierde su sabor y su razón de existir. O algo nos lleva a Cristo o nos aleja. O los sacerdotes nos llevan a Cristo o nos alejan. “El que no recoge conmigo desparrama”, sí desparrama pero dá validos sacramentos entonces ¿podría ir a recibir esos sacramentos? La respuesta es NO!. Muchos sacerdotes de la Fraternidad San Pedro dan sacramentos válidos, mons Lefebvre prohibía ir con ellos, el lo dijo, los de San Pedro nos traicionan en la lucha por la defensa de la fe.
Es un pecado poner en peligro la fe. Es poner en peligro la fe el frecuentar un sacerdote cuya Sociedad religiosa ya no tiene como prioridad Cristo, la fe y la verdad, ya que ya no estaría con Cristo sino contra Cristo. Y uno se hace cómplice de un pecado por omisión, cuando en materia grave uno no actúa o resiste cuando debería actuar o resistir.
6.- Pero tenemos que permanecer unidos, no queremos división.
Respuesta: Nuestro Señor Jesucristo solo prometió la unión en la fe, esperanza y en la caridad. Unión sobrenatural con Jesucristo. Salirse de la fe o de la caridad, o de la pelea por la fe y la caridad es salirse de la lucha por Jesucristo, es no pelear bajo su bandera. Al dejar de ser prioritaria la defensa de la fe, la FSSPX automáticamente dividió con la espada a los que quieren seguir luchando por la fe en la caridad, de los que quieren seguir unidos por un vínculo diferente del de la fe en la caridad.Los que dividen no son los resistentes del modernismo sino los que se comprometen con el modernismo. O sea, los que dividen no son los resistentes de verdad, sino los que quieren mantener la unidad al margen de la lucha por la fe (Mons. Fellay).
Dios los bendiga, estan en mis oraciones y misas de todos los días
Viva Cristo Rey