Probaremos esta sentencia al nivel general de los principios y al
nivel de cada caso particular en la aplicación de esos principios.
Al nivel general de los principios es incontestable que la nueva misa
es mala ya que es un fruto de la herejía modernista y termina
finalmente en la herejía.
Al nivel de la aplicación de este principio a cada caso concreto,
sabemos que no todo es blanco o negro o claro como lo son los
principios. Antes de poder juzgar de si la asistencia a la misa nueva
en un caso en particular es buena o mala se deben primero analizar 4
condiciones para poder juzgar su moralidad.
El cumplimiento de las 4 condiciones es lo que
hace el acto moralmente bueno mientras se permite la tolerancia de
los efectos malos que ese acto pueda ocasionar.
Condición 1.- Debe existir una necesidad
inmediata para realizar tal acto.
Condición 2 -La intención de la persona que
realiza el acto debe estar enfocada al buen efecto y no al mal efecto
de tal acto.
Condición 3. El buen efecto del acto debe suceder
primero en el tiempo y por lo menos simultáneamente al mal efecto.
Condición 4 . El buen efecto del acto debe ser
proporcionalmente mayor al mal efecto.
Nota: las 4 condiciones se DEBEN cumplir para que
el acto sea considerado moralmente BUENO. El incumplimiento de solo
una condición hace el acto MALO y por lo tanto prohibido.
Ahora, si aplicamos esta regla moral a la
asistencia, en cualquier caso particular, a la nueva misa, fácilmente
veremos que las condiciones 1 y 4 no se cumplen.
La primera condición no se cumple ya que no se
puede nunca alegar necesidad de asistir a la nueva misa ya que uno
puede santificar el domingo en casa si no se tiene a la mano una misa
católica (i.e. tridentina). Y la Sagrada Comunión podría recibirse
en privado, fuera de la nueva misa, en caso de que estemos ciertos de
la consagración de la hostia y de que alguien necesite la comunión.
La condición 4 tampoco se cumple ya que el rito de la nueva misa, no
siendo rito católico (principio general), ella pone en peligro la fe
el asistir a esta misa nueva. Objetivamente hablando es un pecado
contra el primero y el segundo mandamiento asistir a ella. El fin no
justifica los medios. Uno debe preferir morir antes que cometer
pecado. No hay proporción entre el buen efecto y el mal efecto que
se deriva de la asistencia a la nueva misa.
Por las mismas razones no es posible decir "hay algo bueno en la
misa nueva", siendo esta mala tanto en general como en todo caso
particular como acabamos de demostrar. En lugar de eso podría
decirse "a pesar de la misa nueva, todavía podemos encontrar
cosas buenas junto a ella".
Me
sentí obligado a hablar en público acerca de este tema debido a la
grave confusión que se ha creado recientemente y que había
debilitado la firme e intransigente defensa de la fe a la que estamos
obligados los pastores de almas.
Por la defensa de la gloria, honor y
santidad de Jesucristo nuestro Rey y Señor.
Con la bendición.
Padre Rafael OSB