viernes, 13 de noviembre de 2015

MONASTERIO BENEDICTINO SAN JOSÉ: Boletín informativo Octubre-Noviembre




Estimados amigos y benefactores:
 
          Les agradecemos una vez más por su apoyo, oraciones y generosidad para con el Monasterio San José. En el mes de octubre en honor a nuestra Señora del Rosario y en agradecimiento a los dos años de vida de nuestra fundación, hicimos nuestra anual peregrinación al Santuario Nacional de Nuestro Señora del Rosario de Chiquinquirá, caminando 38 kms, el número de peregrinos se elevó este año a 33. También tuvimos el gozo de ver a nuestro querido hermano Mauro José (Nelson de Lima) recibir el hábito benedictino en las vísperas de la fiesta de todos los Santos. También tuvimos el gozo recibir a 3 postulantes más en nuestra comunidad incrementándose ya a 8 miembros de 5 países diferentes. Todo el mes de Noviembre estaremos rezando por las listas de sus fieles difuntos que nos enviaron.

Hemos comenzado ya a construir el segundo piso del monasterio que nos permitirá ampliar los espacios disponibles para poder aceptar más vocaciones que están ya tocando a la puerta. El proyecto incluirá unas 15 más celdas con sus baños, una biblioteca y un salón de clases. ¡Seguimos contando con su ayuda!

Para entender la catástrofe en la fe y la moral a la que nos ha llevado la Iglesia Conciliar especialmente con su “ecumenismo”, así como para poder entender el naufragio paulatino, pero real, del último bastión organizado que defendía la fe, la FSSPX, por su espíritu de compromiso, silencio y omisión, es necesario entonces traer a colación una carta brillante del esclarecido obispo de Campos Mons. De Castro Mayer a quién Mons. Lefebvre le tenía en tanta estima y consideración que basta con leer lo que le escribió al obispo de Campos el mismo Mons. Lefebvre el 17 de octubre de 1987 a propósito de las maniobras romanas cuya meta eran la de impedir las consagraciones episcopales de 1988:

“Algo harto misterioso se esconde tras ese cambio de actitud de parte de Roma: ¡ya no hay nada que firmar! Uso de los libros litúrgicos de 1962; reconocimiento de nuestra obra tal y como existe (“con su carisma”, como dicen); aceptación de una visita amistosa de información. ¿Por qué tan brusca mudanza? ¿Se debe a la amenaza de consagrar obispos? Es posible. Ya lo veremos. No bajaremos la guardia: somos desconfiados. Es una lástima que usted esté tan lejos; sino, iría a visitarle allá a escuchar sus consejos y sus pareceres: me haría mucha falta. Quiero mantenerle al corriente de estos acontecimientos, ya que siempre hemos marchado mano a mano. No vamos a marchar por separado ahora”.

Carta pastoral de Mons. De Castro Mayer (6 de enero de 1953): “Por su propia naturaleza, la fe no se contenta con lo que alguno llamase “sus líneas generales”, sino que exige la integridad y la plenitud de sí misma. Para que lo entendáis, os pondré un ejemplo con la virtud de la castidad. Con relación a ella, cualquier concesión toma el carácter de oscura mancha y cualquier imprudencia la pone en peligro toda entera. Hubo quien comparó el alma pura a una persona en pie sobre una esfera; en cuanto se conserva en posición de equilibrio, nada tendrá que temer, mas cualquier imprudencia la haría resbalar al fondo del abismo. Y, por esto, los moralistas y autores espirituales afirman unánimemente que la condición esencial para conservar la virtud angélica, consiste en una vigilante e intransigente prudencia. Precisamente lo mismo se puede decir en materia de fe. Cuando el católico se coloque en el punto de perfecto equilibrio, su perseverancia será fácil y segura. Este punto de equilibrio, sin embargo, no consiste en la aceptación de unas líneas generales cualesquiera de la fe; sino en la profesión de toda la doctrina de la Iglesia, profesión hecha no sólo con los labios, sino con toda el alma, abarcando la aceptación leal, no sólo de lo que el magisterio le enseña, sino aun de todas las consecuencias lógicas de esta enseñanza”.

Monasterio San José Octubre Noviembre 2016