martes, 15 de julio de 2014

DE LOS ANGELES (EN ESPECIAL DE LOS CAIDOS) 1a Parte




No sin razón y más bien guiados por la prudencia más que por el arrebato se me ha pedido que hable sobre los Ángeles. Este estudio está dirigido no a exponer el tratado completo de Angelis, cosa que en otro momento se hará, sino solo sobre los que cayeron en desgracia de Dios porque de ello depende uno de los novísimos como lo es el infierno, del cual tampoco trataremos in extenso  en estos artículos. Quienes tengan la curiosidad sana de conocer más sobre este novísimo les recomiendo la lectura de el tratado Dios y su obra de Royo Marín. Espero que sepan disculpar mi corto entendimiento sobre este misterio de los Ángeles para lo cual me apoyo del angélico doctor de la Iglesia. Con gusto aceptaré cualquier comentario que venga a ilustrar e iluminar más nuestros entendimientos sobre el tema,  sin más quedo a vuestra disposición;  R. P. Arturo Vargas Meza


DE LA PRODUCCIÓN DE LOS ÁNGELES EN SU SER NATURAL.

Conexión de esta con las demás cuestiones

Empezó Santo Tomas el tratado de los Ángeles determinando su naturaleza,  primero en sí mismos y después en relación con las cosa corpóreas y por el análisis de sus facultades y operaciones propias, tanto por parte del entendimiento como por parte de la voluntad, ordenándose el estudio de las susodichas  cuestiones, por decirlo así, al conocimiento de lo que pudiéramos llamar causa formal de los Ángeles.

Razón de ser de la cuestión 61, orden y conexión de los artículos.
Lo que se ha dicho de la creación en común respecto al origen y primera causa de las criaturas, del modo como proceden del primer principio, del comienzo de su duración y de las cosas entre sí, así como de la existencia y naturaleza de los ángeles en particular en los artículos precedentes el angélico, prueba abundantemente que también las sustancias angélicas han tenido su primer origen por creación.

Mas por la especial naturaleza de los ángeles, y sobre todo por los particulares errores habidos en esta materia, así como por hacerse expresamente mención de las substancias espirituales en el relato mosaico de “la creación” se plantea aquí de modo particular el problema del origen de los ángeles, en orden a dicha solución se estudian cuatro puntos: El hecho determinando a la vez la causa; el modo, considerándose en este tiempo y el lugar. El tiempo se establece aquí en relación con la eternidad, que es la medida de la duración de Dios, y en relación al principio y duración de las demás cosas creadas.

Los errores. Santo Tomas, en su opúsculo “De substanciis separatis” que se refiere a los errores de los filósofos sobre las substancias separadas, reduciéndolos a dos clases: “Algunos enseñaron que dichas substancias no tiene absolutamente causa de su ser. Otros dijeron que si tienen causa de su ser, pero no proceden todas inmediatamente de Dios, supremo y primer principio, sino que por una serie ordenada de los inferiores tuvieron origen de los superiores”. Dos errores dos etapas de filósofos que se unieron unos al primer error otros al segundo, en el devenir de los siglos hasta nuestros tiempos, difícil es poner en este modesto estudio a todos estos filósofos quien tenga deseo de conocerlos lo remito a la instrucción a la cuestión 61 (1, q. 61, a. 1).

ENSEÑANZA DE LA DIVINA REVELACIÓN

La enseñanza de la revelación divina  acerca del origen de los ángeles la compendia el Angélico Maestro en el pasaje siguiente del citado opúsculo: “Lo primero que enseña firmísimamente la tradición cristiana acerca del origen de las substancias separadas (argeles), es que todas ellas, lo mismo que las demás criaturas, han sido producidas por Dios; lo cual se prueba por la autoridad de las Escrituras canonícas…Y es contrario a la doctrina cristiana decir que las substancias espirituales de tal forma proceden de Dios, que sean eternas, como dijeron los platónicos y peripatéticos. Lo que la fe afirma es que comenzaron a existir después de no haber existido…aunque no se haya expresamente en las Escrituras canonícas cuando fueron criados los ángeles”. Después de esta aclaración del Angélico Doctor siguen dos puntos que no veremos en este artículo; La doctrina de la Sagrada Escritura y la Doctrina de la Iglesia, para ello remito al lector a la cuestión 61 arriba escrita.

EXPOSICIÓN TEOLÓGICA DE SANTO TOMAS.

La doctrina del Angélico Doctor en esta cuestión sobre el origen de los ángeles puede resumirse en los siguientes puntos:
Es necesario decir que los ángeles han sido creados por Dios.
El razonamiento que emplea para demostrarlo es breve, claro y contundente y tiene que ver con el acto y la potencia en todo ser finito y la distinción real de la esencia y la existencia en toda criatura, enseñanza que reiteradamente viene inculcando Santo Tomas en la Suma.

El ángel no fue producido por Dios desde la eternidad, puesto que “en algún momento no existía.
En absoluto ni por parte de Dios, ni de los ángeles, ni de la acción misma creadora, hay razón alguna intrínseca o extrínseca que exija la creación eterna de las substancias espirituales, como no hay tampoco para el mundo sensible.

Respecto al hecho, es un punto en el cual la razón humana nada puede demostrar apodícticamente, debiendo limitarse  y recibir simple y llanamente lo que enseña la divina revelación, la cual, como hemos visto, nos dice, tanto para los ángeles como para las demás cosas, “que Dios lo creo todo, no desde la eternidad, sino cuando quiso y en el principio del tiempo”. Por eso “Toda doctrina que a esto se oponga debe ser desechada como herética”.

La opinión más probable es que los ángeles fueron producidos a la vez que las criaturas corporales. Sobre esta opinión existen dos afirmaciones encontradas; la primera que afirma que los ángeles habían sido creados antes que el mundo corpóreo y la otra que fueron creados al mismo tiempo que las demás cosas.
La primera sentencia fue defendida generalmente por los escritores griegos y algunos latinos; la segunda es llamada comúnmente opinión de los latinos, aunque la siguieron también algunos griegos.

Fue conveniente que los ángeles fuesen creados en el cuerpo supremo, llamado cielo empíreo o llamase de otra manera.
La razón de esta conveniencia no se ha de buscar en que los ángeles dependan del cuerpo en cuanto a sus ser o en cuanto a su producción, pues son perfectamente inmateriales, sino simplemente por su relación con el universo, del cual son parte como rectores de la naturaleza corpórea.

Quizás el fundamento de esta creencia respecto al lugar en que los ángeles fueron creados haya sido de la manera de hablar de las sagradas letras y las mismas palabras de Jesucristo a sus discípulos: “Veía yo a Satanás caer del cielo como un rayo” (Luc. 10. 18)