miércoles, 16 de abril de 2014

ORACION AL ESPÍRITU SANTO (San Agustin)



“Recordemos el caso de un niño de 5 años el cual, habiendo oído una explicación sobre las palabras de Jesús relativas al Espíritu Santo, dijo días más tarde: El Espíritu Santo es la fuerza para ser bueno. Y hay que pedirlo a Dios porque si no, no podemos ser buenos.


Imposible sintetizar con mayor profundidad y sencillez la más alta doctrina de la vida espiritual. El Divino Padre le hizo comprender a ese pequeño lo que esconde como dijo Jesús, a muchos tenidos por sabios y prudentes”. 





¡Oh Divino Amor, oh Lazo sagrado que unís al Padre y al Hijo, Espíritu Todopoderoso, fiel consolador de los afligidos, penetrad en los abismos de mi corazón!

Haced brillar en él vuestra esplendorosa luz. Esparcid ahí vuestro dulce rocío a fin de hacer cesar su grande aridez.


Enviad los rayos celestiales de vuestro amor hasta el santuario de mi alma, para que penetrando en ella, enciendan llamas ardientes que consuman todas mis debilidades, mis negligencias y mis languideces.


Venid, pues, venid, dulce Consolador de las almas desoladas, refugio en los peligros y protector en la miseria.


Venid Vos que laváis a las almas de sus manchas y que curáis sus llagas.


Venid, Fuerza del débil, Apoyo del que cae.

Venid, Doctor de los humildes y vencedor de los orgullosos. Venid, Padre de los huérfanos, Esperanza de los pobres, Tesoro de los que están en la indigencia.


Venid, Estrella de los navegantes, Puerto seguro de los que naufragan.


Venid, Fuerza de los vivientes, y salud de los que van a  morir.Venid, Oh Espíritu Santo, venid y tened piedad de mí.


Haced a mi alma sencilla, dócil y fiel, y compadeceos de  mi debilidad con tanta bondad, que mi pequeñez encuentre gracia ante vuestra grandeza infinita, mi impotencia la encuentre ante vuestra fuerza, y mis ofensas la encuentren ante la multitud de vuestras misericordias.


Por Nuestro Señor Jesucristo mi Salvador. Así sea.